Este artículo fue un trabajo final de una materia de Relaciones Dominico-haitianas, la cual creo que se debería impartir en las escuelas y universidades de Haití y de República Dominicana para establecer una relación más amistosa entre ambos pueblos. En primer lugar, veremos los puntos vinculados a los aspectos históricos y culturales de la Republica Dominicana y de Haití. Luego, las actividades económicas y sus impactos en ambos países y después, las relaciones Dominico-haitianas en el marco legal y en el ámbito internacional.
Aspectos históricos y culturales
La República Dominicana y Haití son dos naciones limítrofes y forman parte de las grandes Antillas, en la región caribeña. En cuanto a sus historias, forman parte de una isla que antes era llamada: “Bohío”; “Quisqueya”, por los arahuacos, autóctonos de esa isla. Pero, fue nombrada la “Hispañola” cuando Cristóbal Colon la descubrió el 5 diciembre de 1492. Él conquistó la Hispañola al nombre de la corona de España y desde entonces, los españoles explotaron los recursos de la isla, mejor dicho, esclavizaron la población indígena para trabajar en las plantaciones y las minas. Pero entre 1492 y 1513, se observó una importante diminución de esa población, que muchos historiadores describieron como un genocidio bajo el Imperio español. Debido a que los españoles trajeron consigo mismo enfermedades a las que los nativos no estaban acostumbrados, y que no tenían defensas para combatir dichas epidemias, estiman que se perdió hasta el 95% en el proceso.
Para continuar con la explotación de la colonia, los colonos trajeron esclavos de África y los sobrevivientes indígenas se incluyeron a la población, así nació una gran diversidad étnica, igual que en las otras islas del Caribe. Hay que mencionar que otras potencias de Europa, como Francia, querían establecer su dominio en el Nuevo Mundo ya que España había colonizado la mayoría parte del continente. En tal sentido, las relaciones entre ambas potencias tomaron un turno belicoso caracterizado por ataques de los botes españoles por piratas franceses, ingleses y holandeses. Para poner finir a ese conflicto, el Tratado de Ryswick fue firmado el 20 de septiembre de 1697 resultando en la cesión de la parte oeste de la Hispañola a Francia que se nombrara Saint-Domingue. Los franceses trajeron también su mano de obra desde África, de tribus distintas, para luego convertir la parte occidental en la colonia mas prospera de la región. Los nuevos ocupantes convirtieron sus esclavos al catolicismo y les ensenaron el francés. Hay que subrayar que la totalidad de los habitantes de la parte oriental había asimilado la cultura española, y que el idioma era el español cuando los franceses se instalaron en Saint-Domingue. Cien y dos años después mediante del Tratado de Basilea, España cedió la parte este de la isla a Francia, dejándole la totalidad de la Hispañola. Después del firmado del Tratado, los franceses trataron de erradicar la identidad criolla de los habitantes de Santo Domingo para implementar la suya sin éxito. Las revoluciones haitianas y dominicanas aportaron la primera piedra a la construcción de dos naciones independientes, que guardaron en sus culturas las herencias de sus metrópolis respectivas. Además de las influencias europeas, las culturas de ambos países presentan matices africanos. El vudú es una otra religión practicada en Haití que tiene su origen de África. Con la migración de haitianos hacia la RD en el siglo XX, ellos trajeron consigo una parte de su cultura. De ahí nació el Gaga que es un rito derivado del vudú haitiano que consiste en bailes y cantos.
Actividades económicas y sus impactos en ambos países
El comercio binacional es sin embargo muy importante para ambas naciones. La Republica Dominicana ha disfrutado de un crecimiento económico durante las ultimas décadas, mientras que la de Haití fue paralizada por disturbios políticos y desastres naturales. Aunque ambos países cuentan aproximadamente con una población similar- unos 11 millones- la economía de la RD es 10 veces más grande. Haití es, después de los Estados Unidos, el mayor importador de los productos dominicanos pero las exportaciones de la RD, valoradas en cientos de millones de dólares entran de manera ilegal a Haití, privando al gobierno de los ingresos necesarios para ofrecer los servicios básicos a la población. Los haitianos al no obtener empleo, educación o salud en su país- cruzan a la RD, aumentando la población indocumentada en ese país.
Una regularización del comercio binacional beneficiaria a ambos países. De hecho, Haití necesita productos dominicanos y sus conocimientos; la RD necesita a los trabajadores haitianos y acceso al mercado internacional. El intercambio formal estimularía la inversión, generando empleos en ambos lados de la frontera. Esa relación económica entre los dos países es especialmente importante para los residentes de las comunidades ubicadas en ambos lados de la frontera. Decenas de miles de personas participan en los mercados fronterizo, dado que muy pocos bienes producidos al nivel local se están comercializando, lo que no ayuda a los agricultores a mejorar sus condiciones en la producción comercial.
Las relaciones Dominico-haitianas en el marco legal y en el ámbito internacional
Durante las ultimas décadas, el fluyo migratorio de Haití hacia la RD ha aumentado de forma espectacular. El primer motivo de los haitianos era el trabajo en obras de construcción o en la agricultura. En primer lugar, los empleadores se encargaban de notificar al gobierno la cantidad de trabajadores necesitados. Luego contactaban al gobierno haitiano para enviar los haitianos dispuestos a trabajar. Les entregaban un carné valido hasta el fin de la temporada de trabajo; pero si se quedaban después de la vigencia estarían en situación irregular. Entre 2004 y 2012, la mano de obra ha crecido y los inmigrantes llegaron con un nivel de educación más alto para estudiar. Siempre hay trabajo para los que están dispuestos, aunque les están pagado un salario mínimo. La perspectiva de un empleo, acceso a los servicios de salud y la seguridad justifican la migración de Haití hacia la Republica Dominicana.
Es importante para un país establecer leyes que definen el estado legal de cada individuo a causa de los flujos migratorios. De hecho, cuando alguien emigra en otro país, de manera temporal o permanente, es primordial saber cuales son las leyes que se aplicaran para el/ella, y sus hijos en el caso que nacen en ese mismo país. En ese sentido, la Constitución de Haití concede la nacionalidad haitiana a todos los hijos de madre o de padre haitiano, bajo la condición que nunca hayan renunciado a su nacionalidad al momento del nacimiento. De igual manera, la Republica Dominicana también otorga la ciudadanía a los hijos de padres dominicano. Para ambos países, ese régimen migratorio es llamado ius sanguini que concede a un individuo la misma nacionalidad de sus padres. Otro punto es que la Constitución de Haití sanciona la doble nacionalidad, eso quiere decir que, al obtener otra nacionalidad, el individuo pierde su ciudadanía haitiana. En oposición, la Constitución de la RD acepta la doble nacionalidad y permite la naturalización de los extranjeros.
Para resumir, la Republica Dominicana y Haití tienen una historia diplomática muy larga y, aunque esas relaciones son frágiles en algunos momentos, no hay dudas de que se necesitan el uno y otro para generar un clima de hermandad y de confianza para sus poblaciones, y para la comunidad internacional. La migración y el comercio binacional son, sin embargo, los pilares de esa relación y en mi opinión, se necesitan leyes y dirigentes que puedan contribuir al fortalecimiento de esos vínculos.
Josette Altagracia Pierre
estudiante de la Pontificia Universidad católica Madre y Maestra.
@lequotidienht