Según la OMS, una enfermedad se define como la “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”. Mientras que una alerta hace referencia a una situación de vigilancia o atención, es un aviso para que se extremen las precauciones o se incremente la vigilancia. En el ámbito médico, a veces se confunden estos dos términos, especialmente en lo que se refiere a la fiebre.
“La fiebre es el aumento de la temperatura corporal por encima de lo normal (hipertermia), acompañada con mayor frecuencia de malestar general y diversos síntomas” (Larousse, 2012). Tenemos que saber que la temperatura normal del cuerpo humano oscila entre 36.5°C y 37°C, es decir que, si la temperatura se encuentra por encima de este intervalo, es porque algo anda mal en el cuerpo. ¿Es esto algo grave o solamente debe decir que tenemos que prestar atención a algo? Eso es lo que descubriremos más adelante.
Como hemos dicho, un cuerpo sano puede mantener una temperatura interna más o menos constante, entre 36.5°C y 37°C, incluso en condiciones extremadamente desfavorables, es decir, con mucho calor o, por el contrario, cuando la temperatura exterior es baja. La fiebre no es considerada como una enfermedad en sí misma, sino una manifestación que indica una reacción del cuerpo ante una infección. Muchas enfermedades pueden causar fiebre. Las causas más comunes pueden ser las infecciones como hemos mencionado, sin embargo, mas raramente, la fiebre puede ser causada por el cáncer u otras enfermedades inflamatorias. Para los niños de 4 a 18 meses, la fiebre puede estar relacionada con la dentición; en las personas mayores, la causa de la fiebre suele ser una infección bacteriana, a menudo en los pulmones, las vías urinarias u otros tejidos blandos.
No todos soportan la fiebre de la misma manera, y hay varios niveles de fiebre. Un bebé, por ejemplo, no será tan resistente a la fiebre como un adulto. Cualquier síntoma de fiebre en el niño debe ser examinado por un médico lo antes posible. Una fiebre puede ser demasiado alta (hasta 39°C) o demasiado larga, ya que se vuelve anormal que la fiebre persista después de unos días. La fiebre puede causar dolor intenso, espasmos, delirio y deshidratación, especialmente en lactantes y ancianos. Unos ejemplos de fiebre muy comunes son: la fiebre amarilla, la fiebre hemorrágica, la malaria o paludismo y la fiebre del dengue. Casi todas de esos tipos de fiebre mencionados son transmitidos por mosquitos infectados. En la actualidad, Hay un virus que ha afectado a todo el mundo denominado Coronavirus y la fiebre hace parte de sus primeros síntomas. Esto nos demuestra que tan pronto como algo anda mal en el cuerpo, el organismo nos avisa, enviando alertas.
Cuando aumenta la temperatura corporal, el cuerpo se vuelve capaz de deshacerse de una gran cantidad de huéspedes indeseables que no pueden sobrevivir en un ambiente sobrecalentado. Por lo tanto, la fiebre es un medio de autodefensa. Es el resultado del esfuerzo realizado por el cuerpo para hacer frente a los intrusos que pueden ser bacterias, virus, hongos, parásitos… Por eso decimos que la fiebre no es una enfermedad, es una señal de advertencia y una herramientapoderosa. Se tratará, pues, de determinar cuál es la causa. Entonces, la próxima vez que aumenta nuestra temperatura corporal, recordaremos que es un aviso de nuestro organismo y que debemos tomarlo con calma.
Stevania Francoise Corneille @lequotidienht
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